lunes, 20 de enero de 2014

Capítulo Cuatro: Último día.





Narra Jessica.

La profesora insistió un par de veces más en subir a ver cómo se encontraba Des pero conseguí hacer que desistiera, a cambio de que sería yo quien iría a verla. Le pedí la tarjeta que abría la habitación a Niall y subí en el ascensor hasta la planta en la que se encontraba. Abrí la puerta y me la encontré tumbada en la cama boca arriba.

-¿Qué tal estás, Des? –pregunté acercándome a ella. Me senté en la cama.
-Bien, supongo.-contestó.
-¿Por qué no te vienes a dar una vuelta? –sugerí.
-No quiero verle la cara, gracias.-respondió y suspiré.
-Des.-la llamé y me miró.- Tienes que pasar página.-hablé.- O perdonarle y volver con él.
-Eso nunca.
-Pues pasa página.-repetí.- Pero no puedes seguir así.
-Créeme que es lo que intento pero estar con esa víbora de compañera de habitación no ayuda mucho.-murmuró.
-Hablando de la víbora.-dije.- Supongo que te gustaría librarte de la tortura de dormir con ella lo que queda de viaje.
-Eso me gustaría pero es imposible.-dijo resignada.
-De eso nada, monada.-la hice reír.- He pensado cambiarte el sitio.-hice una pausa.- Tú irás a dormir con Tay y yo me quedo con esa.-hice una mueca de asco.
-¿De verdad harías eso por mí?
-¡Pues claro tonta! ¿Por qué si no crees que te lo digo? –inmediatamente se abalanzó sobre mí para abrazarme.
-¡Gracias, gracias, gracias! –gritó.- Pero…¿y si se lo dice a la profesora?
-Ya me encargaré yo de que no se chive.-afirmé.- Me están esperando abajo, ¿de verdad que no quieres venirte?
-Quizás esta tarde me una a vosotros.

Narra Louis.

Esperamos a que Jess bajara para irnos a recorrer la ciudad, como llevábamos haciendo cada día del viaje. Estuvimos dando una vuelta, visitando los sitios más emblemáticos de Sienna hasta que llegó la hora de la comida. Con todo lo que había pasado no tenía muchas ganas de comer así que, decidí volver al hotel a pasar la tarde tumbado en la cama. Me despedí de todos y caminé de vuelta. Unos minutos después, me encontraba subiendo en el ascensor, camino de mi habitación. Introduje la tarjeta y abrí la puerta.

-¿Niall? ¿Tú también vienes a meterme presión para que vaya con vosotros? –Mierda. Mierda. Mierda. Había olvidado completamente que ella estaba en la habitación.- ¿Niall? –preguntó saliendo al pequeño pasillo que había en la habitación pero se quedó estática al verme.
-Lo siento, no quería molestarte, Des.-dije.

-Será mejor que me vaya.-murmuró y caminó hacia donde yo estaba para salir.
-¿Dónde vas a ir? ¿Al pasillo de nuevo? Vanessa anda por ahí, no tienes llave.
-Estar en el pasillo será mejor que quedarme en tu compañía.-dijo dura.
-Ni siquiera me diste la oportunidad de explicarme.-le reproché.
-¿Para qué? Aquel video era demasiado claro. Lo entendí sin necesidad de explicaciones.-habló de nuevo con ese tono frío en su voz. Intentaba mostrarse fuerte, tal y como Niall había dicho, pero no lo era. Esto la estaba destrozando por dentro, igual que a mí.

Narra Destiny.

-Sé lo que viste pero no-empezó a hablar de nuevo.
-¿No qué, Louis? ¿No eras tú? ¿Eso es lo que vas a decirme? –negó levemente con la cabeza.-
-Era yo pero estoy seguro de que ella me drogó o me emborrachó o no sé, algo me hizo.-intentaba explicarse.- Nunca te engañaría y lo sabes.
-No, no lo sé, Louis. Me engañaste una vez y esa fue la segunda. No me pidas que caiga una tercera porque no lo haré.-respondí.
-Des, me hizo algo, ¿es que no lo entiendes? ¡Es como si no fuera yo! –dijo exasperado.
-No hay pruebas de eso.
-Las encontraré. Te demostraré que no era consciente de lo que hacía, lo prometo.-dijo mirándome a los ojos fijamente.
-No hace falta, Louis. No pierdas el tiempo.-salí de la habitación y él me siguió.
-¿Qué?
-Lo que has oído. Me dan igual las pruebas. Tomé la decisión de no seguir contigo aquel día y no la voy a cambiar.
-No puedes hacerme eso, Des.-sus ojos azules empezaron a tener ese brillo característico que aparece cuando las lágrimas empiezan a llenarlos.-
-Tú tampoco podías y lo hiciste.-apretó los labios.- Ahora estamos en paz.-dije antes de salir casi corriendo por el pasillo.
-¡Pero te quiero, joder, Des, te quiero! –le escuché gritar y poco a poco fui aminorando el paso hasta salir por una de las puertas de emergencia. Me senté en los escalones y, una vez más, las lágrimas empezaron a recorrer mis mejillas.

Narra Niall.

-Creo que deberíamos parar a comer ya.-por una vez no fui yo el que habló sobre comida. Gracias, Tay.
-La apoyo completamente.-dije sonriendo.
-Pues venga, busquemos un sitio.-propuso Liam.

Nos llevó tan solo unos minutos entrar en una pizzería. Pedimos una mesa, nos sentamos y una camarera nos trajo la carta con toda la variedad de pizzas que había allí.

-Oye, ¿y Louis? –preguntó de repente Gia.
-Ha vuelto al hotel, no se encontraba bien.-contestó Zayn.
-¿Dices que ha vuelto al hotel? –pregunté. Él asintió.- ¡Oh, genial! –exclamé.

-¿Se puede saber qué pasa? –me preguntó mi chica.
-Que Des está en su habitación.-se me adelantó Jess.
-No tiene por qué pasar nada.-comentó Liam.
-¡Claro, seguro que están charlando tan normal! –dije yo.

Venga, ¿es que ninguno se daba cuenta que después de lo que había pasado lo peor que podía pasar era que se encontraran? Al parecer, no.

-¿Dónde vas? –me preguntó Harry cuando me levanté.
-Al hotel. A traer a Des para acá.-respondí.
-Ni se te ocurra hacer ninguna tontería.-me advirtió Bec.
-Voy contigo.-dijo Harry, se levantó y ambos salimos del restaurante.

Fuimos en silencio todo el camino y andando bastante rápido. Al llegar al hotel, directamente subimos a mi habitación y llamé un par de veces a la puerta.
-¿Dónde está Des? –pregunté en cuanto abrió la puerta.
-Se fue hace bastante por allí.-contestó serio, señalándome con el dedo la dirección que había seguido mi amiga.

Narra Rebecca.

Como una media hora después, Niall y Harry volvieron acompañados por Des. Nos saludó a los demás pero no traía buena cara. Comieron ellos tres mientras los demás estábamos ya con el postre y ella nos contó su versión de todo lo que había pasado durante las horas anteriores y cuando Louis y ella se habían encontrado hacía tan solo un rato.

-Yo voy a ayudarle con las pruebas.-comentó Zayn.
-No servirá para nada. No quiero pruebas de nada.-dijo Des.
-No seas cabezota.-le dije yo.- Todos sabemos que sigues enamorada de él.
-Bec tiene razón.-comentó Gia.
-No creo que tú seas la mejor para hablar de esto.-le contestó ella.
-En realidad, Des.-habló Jess.- Todos vamos a ayudarle. No le veo capaz de engañarte, lo siento pero no puedo creer que lo hiciera consciente de ello.-Des resopló.
-Haced lo que queráis.
-¿No le perdonarías si consiguiera demostrarte que no fue su culpa? –preguntó Tay. Ella se quedó en silencio.
-Tú le quieres.-habló Harry ahora. Creo que la estábamos atosigando entre todos.-
-Pero eso no significa que quiera volver con él, Hazza.-afirmó.

La cosa estaba chunga, debía reconocerlo y eso que yo solía ser bastante positiva. Pero algo me decía que entre todos lograríamos ayudar a Louis a recuperar a la cabezota de mi amiga.

Narra Liam.

Después de comer, caminamos otro rato, haciéndonos alguna foto y riendo la mayor parte del tiempo. Cenamos y, como ya era habitual, volvimos al hotel a que la profesora pasara lista. Tras asegurarse que estábamos todos, nos dejó subir a las habitaciones. Acompañamos a las chicas, en mi caso a Des y Tay que esta vez dormirían juntas.

Los días siguientes siguieron igual de bien, al menos para mí porque la tensión entre Louis y Des seguía notándose en el ambiente aunque entre todos intentábamos disfrutar del viaje. Los dos días siguientes a Sienna los pasamos recorriendo varias ciudades y pequeños pueblos costeros hasta que al fin, llegamos a la esperada capital italiana: Roma. Allí pasaríamos el día siguiente finalizando así nuestro viaje de fin de curso.

Llegamos en autobús, era de noche y al pasar cerca del Coliseo los flashes de todas las cámaras empezaron a dispararse. Nos llevaron hasta el hotel y salimos a cenar, aunque pronto volvimos para meternos en la cama, llevábamos casi todo el día subiendo y bajando del autobús y estábamos bastante cansados.

Narra Taylor.

-¡Vamos, dormilona! –le grité a Des que desde hacía algunos días era mi compañera de habitación.
-Cinco minutos más.
-Me adelantaré en la ducha.-canturreé y esa fue la frase que la hizo levantarse.
-Pero serás capulla, ¡si ya estás duchada! –me gritó al ver que ya estaba casi lista: solo me faltaba vestirme.
-Venga, deja de quejarte y ve a ducharte. ¡Roma nos espera! –grité entusiasmada.

Mientras ella se metía en la ducha yo me agaché para buscar en mi maleta algo qué ponerme para aquel día. Seguía haciendo mucho calor así que opté por unos vaqueros cortos y una camiseta de tirantes, acompañados por un par de zapatillas, lo mejor para pasar todo el día andando.

Una vez estuvimos las dos listas, bajamos a reunirnos con los demás para desayunar. Cuando terminamos de reponer fuerzas, salimos del hotel. Nuestro primer objetivo del día sería visitar el Vaticano para lo que teníamos una visita concertada con el instituto, era así como una visita obligada. Pasamos allí gran parte de la mañana y es que, aquello era enorme, era como una mini ciudad dentro de la propia Roma.

-Recordad, os quiero antes de las doce en el hotel. Mañana madrugamos para coger el avión de vuelta a Londres.-avisó nuestra profesora antes de darnos permiso para desperdigarnos por ahí.
-¿Las doce? ¡Es el último día! –protestó Vanessa.- Quedamos en que podríamos salir hasta más tarde, iríamos a la discoteca del hotel, una especie de mini fiesta.-expuso. La profesora rodó los ojos y el resto de compañeros –entre ellos incluidos casi todos nosotros- empezamos a pedirle que nos dejara salir esa noche.
-Está bien, está bien. Solo hasta las tres.-accedió. Bueno, algo es algo.

Narra Zayn.

Después de visitar el Vaticano y conseguir alargar la hora del toque de queda tres horas, salimos a explorar la ciudad de Roma. Lo primero que hicimos fue ir a ver el Coliseo y el arco de Constantino. Caminamos por las calles principales de la ciudad y hasta incluso hicimos alguna que otra compra.

-¿Qué nos falta? –preguntó Liam a Des que era la que llevaba el mapa.
-La Fontana di Trevi.-respondió.
-Perfecto.-comentó Niall.
-Vamos allí y luego volvemos al hotel para arreglarnos.-dijo Tay.

Todos estuvimos de acuerdo con aquello y pusimos rumbo a aquella fuente en la que se suponía que teníamos que tirar algunas monedas de espalda con la mano derecha sobre el hombro izquierdo. Llegamos cuando casi estaba anocheciendo, haciendo que la belleza de aquel monumento aumentara considerablemente. Los diez empezamos a sacar monedas del bolsillo para, a continuación, tirarlas a la fuente. Según había leído; si tirabas una moneda, volverías a Roma; si tirabas dos, te enamorarías de alguien de la ciudad y si tirabas tres, te casarías allí.

-¿Ya has tirado las monedas? –me preguntó mi novia, acercándose a mí con su impresionante sonrisa.
-¿Las? ¿Cuántas has tirado tú? Yo solo una.-dije.

-¿Una?
-Claro.-contesté rodeando su cintura con mis brazos.- ¿Para qué quiero tirar dos si ya estoy enamorado?-ella sonrió ampliamente.- Y tres…puff.-resoplé.- Aún queda mucho para que me case.-ambos reímos.
-Buena explicación. Yo he tirado dos.-abrí los ojos como platos y ella rió.- Que no, bobo. No cambio a mi chico por ningún romano.-y dicho esto, unimos nuestros labios.

Narra Gianna.

Volvimos al hotel y nos arreglamos un poco para salir de fiesta aquella noche aunque en realidad, no saldríamos del hotel.

-¿No vas a bajar, Claire? –le pregunté a mi compañera mientras me miraba en el espejo una última vez. Había sacado unos pantalones cortos negros de la maleta y me había puesto una camisa azul clarita remangada hasta el codo que había echado por si refrescaba por las noches.
-No, estoy demasiado cansada y mañana hay que madrugar mucho.-respondió.
-Tampoco creo que vaya a ser gran cosa.-dije.
-A ti se te ve animada.-comentó y enrojecí.
-La verdad es que voy a hacer algo que llevo mucho tiempo meditando.-contesté.
-Oh, vaya, pues suerte entonces, Gia.-me dijo sonriendo. Le devolví la sonrisa y cogí un poco de dinero, lo guardé en uno de los bolsillos junto al móvil.- Pásalo muy bien.
-Gracias.-dije antes de salir de la habitación.

Salí al pasillo y bajé en el ascensor. En la recepción estaban los demás esperándome, al parecer, esta vez era yo la última, y caminamos hasta la discoteca. Empezamos a bailar, beber –solo refrescos porque al ser menores no se nos permitía beber- y dispersarnos por el local a nuestro antojo. Un rato después, le divisé asomado en una pequeña terracita y supe que ese era el momento que había estado esperando.

Narra Harry.

Todo el mundo bailaba, disfrutando del último día en tierras italianas pero yo estaba agobiándome un poco. La temperatura de aquel día de verano era muy alta y si a eso le añadimos el local y un montón de gente concentrada pues el resultado era un ambiente abrasador. Decidí salir a tomar un poco el aire a una pequeña terracita desde la que se divisaba una preciosa vista de Roma.

-Hey, I’ve been watching you all night, there’s something in your eyes, saying: c’mon, c’mon and dance with me baby.-escuché la letra de mi canción. Sabía que era su voz. No podía ser de otra persona más que de mi chica de rizos. Me giré y efectivamente, era ella. Se acercaba a mí mientras seguía con el estribillo.- Yeah, the music is so loud, I wanna be yours now, say c’mon, c’mon and dance with me baby.-se calló cuando estuvo frente a mí.
-¿Y esto? –pregunté esbozando una pequeña sonrisa.
-Cuando me dedicaste esa canción fue la misma noche en la que nos besamos por primera vez.-explicó con sus mejillas ligeramente rojas.
-Lo sé.-coloqué uno de sus rizos tras su oreja.- ¿Y qué pasa? ¿A qué viene recordar eso ahora?
-A que quiero volver a ser tuya.-susurró y si no hubiera sido por lo cerca que estábamos, no la hubiera escuchado.
-¿Qué? –mi sonrisa no podía ser más grande. No podía creer lo que estaba diciendo.

-Te quiero y te necesito, Harry. Y ya no aguanto más, ¡estamos haciendo el idiota!-alzó la vista para mirarme. Me había quedado callado, tan solo observándola con una sonrisa imborrable en la cara.- Harry, di algo por dios.-dijo soltando una risita nerviosa. Pero no dije nada, tan solo agarré su barbilla con mis dedos para terminar con esa mínima distancia que existía para volver a probar sus labios de una vez por todas.

¡Hola, hola! Vengo con mucha prisa porque me tengo que ir a cenar. Solo diré dos cosas: la primera: GIA Y HARRY JAHBSDJHSDBFJHDBJHF. La segunda: SOY LIBRE. ¡HE ACABADO LOS EXÁMENES! WOHOOOO. Bueno, eso, que hoy no me puedo enrollar mucho, espero que os haya gustado el capítulo. Os veo el viernes en Our Little Secret.
Love,
Sarai.

jueves, 9 de enero de 2014

Capítulo Tres: Abandono.





Narra Niall.

-¿Quieres contarnos qué ha pasado? –pregunté en cuanto conseguimos entre Zayn y yo calmarla un poco.
-Ha sido Vanessa.-murmuró.- Ha entrado en la habitación y.-empezó a contarnos qué era lo que aquella bruja la había dicho para ponerla así.
-Es una zorra.-susurró Zayn.- Y una mentirosa.-ambos le miramos.- ¿Qué? Sé que Louis no se ha acostado con ella.-afirmó.- Des, puedo asegurártelo.-dijo mirándola fijamente.- Está claro que ella lo único que quiere es ponerte así.-se hizo el silencio durante unos segundos.
-No quiero entrar ahí.-habló ella.
-Me quedo contigo.-dije.
-Lo mismo digo.
-No hace falta, ve a descansar si quieres.-le sugerí.

-¿Estás seguro? No me importa haceros compañía.
-No te preocupes, estaremos bien.-comenté.- ¿Quién mejor que yo va a cuidar de mi mariposilla? –dije pasando un brazo por sus hombros.
-Ahí llevas razón.-admitió Zayn.- No le des más vueltas, ¿vale? Y no hagas caso de nada que te diga.-le advirtió a mi amiga y después besó su frente antes de meterse en la habitación que compartía con Peter.

Y ahí nos quedamos los dos, sentados en el pasillo del hotel porque ella no quería entrar a su habitación para no cruzarse con Vanessa, yo tampoco quería ver a Louis en aquel momento y además, era mi mejor amiga, así que, allí, charlamos para distraernos hasta que poco a poco fuimos cayendo en los brazos de Morfeo.

Narra Destiny.

- ¿Se puede saber qué hacéis los dos ahí? –preguntó una voz totalmente reconocible que nos hizo despertar a ambos.
-No te importa, Tomlinson.-le contestó mi amigo en cuanto consiguió abrir los ojos.
-Des, ¿estás bien? –me preguntó, ignorando completamente el comentario del rubio. No me dio tiempo a contestarle con un “estoy bien” porque mi queridísima compañera de habitación hizo su aparición.
-¡Buenos días, amor! –exclamó al ver a Louis allí. Se lanzó a sus labios para devorárselos en cuestión de segundos.
-Vanessa, para.-le pidió él, intentando deshacerse de ella.
-No te preocupes, Lou.-le dijo.- Ya sabe que estamos juntos, le conté que anoche lo pasamos bien.-siguió hablando divertida, mirándome de reojo, sabiendo que me había hecho mucho daño con sus comentarios la noche pasada.
-Pero ¿qué? –preguntó él. Al verme levantarme del suelo con bastante genio, dirigió su mirada hasta mí.- Des no, es mentira, te lo juro.-empezó a decir.
-Me da igual.-logré pronunciar.- Pero podíais hacer el favor de iros a una habitación, no nos interesa ver vuestros intercambios de saliva a cada instante.-Niall abrió la puerta de su habitación con la tarjeta que previamente le había quitado bruscamente de las manos a Louis y me dejó pasar primero.
-Déjala en paz, Tomlinson. La próxima vez que derrame una lágrima por tu culpa, no voy a utilizar las palabras contigo.-le escuché amenazarle y después, cerró la puerta. Una vez estuvo dentro, corrí a abrazarle. La situación cada vez era más insoportable y yo estaba cansándome de hacerme la fuerte.

Narra Louis.

Me extrañó muchísimo no ver en la cama de al lado al irlandés cuando me desperté. No le di mucha importancia y pensé que quizás había pasado la noche en la habitación de su chica. Me duché y, después de vestirme y coger la tarjeta-llave, abandoné la habitación para bajar a desayunar pero me encontré con una sorpresa al salir: Niall y Des tirados en el suelo durmiendo. No pude evitar preguntar. Para variar, me llevé una mala contestación por parte del rubio pero necesitaba saber qué hacían allí. Ella mostraba signos claros de haber estado llorando y, obviamente, me preocupaba. Todo se fue al garete en cuanto Vanessa apareció y se lanzó a mis brazos, pegándose casi como una lapa.

-Déjala en paz, Tomlinson. La próxima vez que derrame una lágrima por tu culpa, no voy a utilizar las palabras contigo.-me amenazó bastante serio Niall antes de cerrar la puerta de nuestra habitación.
-Vamos a desayunar, ¡la gente se levanta de muy mal humor! –dijo con su característica voz de pito y tirando de mi brazo.
-¿Puedes explicarme por qué le dijiste eso a Des? –pregunté intentando mantenerme calmado.

-¿Qué? Solo le dije la verdad.-respondió, bastante pasiva.
-No.-sentencié.- ¿Le dijiste que nos acostamos? –no me contestaba y me estaba empezando a poner de muy mala leche. La cogí de los brazos, dejándola arrinconada contra la pared.- ¡¿Por qué coño le dices eso cuando sabes que es mentira, eh?! –grité.
-Louis, me haces daño.

Narra Rebecca.

Sorprendentemente, estaba arreglada casi quince minutos antes de la hora a la que habíamos quedado todos abajo para desayunar así que decidí subir a la planta superior para buscar a mi chico. En cuanto salí del ascensor, escuché gritos y aceleré el paso para encontrarme con Louis, gritándole como un auténtico energúmeno a Vanessa que se encontraba acorralada y casi pidiendo auxilio. Me acerqué rápidamente a ellos.

-Louis, Louis, suéltala.-le pedí.- ¡Louis! –grité por encima de su voz. Si seguía así, no tardaría en alarmar a la profesora. Parece que me había escuchado porque me hizo caso ante esa última voz que había dado.
-No vuelvas a acercarte a ella.-le dijo a Vanessa, con la mandíbula tensa y salió casi corriendo hasta el ascensor. Louis se apoyó en la pared y soltó un suspiro mientras negaba levemente con la cabeza, mirando al suelo.
-¿Qué ha pasado, Lou? –pregunté.
-Vanessa acaba de cargarse la poca esperanza que me quedaba.-murmuró.
-¿De qué hablas? –fruncí el ceño. O este chico se explicaba o no me iba a enterar de nada. Suspiró una vez más antes de empezar a contármelo todo.
-Me odia, ahora más que nunca.-dijo al terminar su pequeño relato.- Lo he visto en sus ojos y tu novio no sé cómo ha aguantado las ganas de darme una buena paliza.-pasé mi brazo por sus hombros.
-Lo siento mucho, Lou, pero no te vengas abajo ahora, haremos que entre en razón.
-No puedo más, Bec.-dijo mirándome.- Abandono. Si todo esto está pasando será porque no tenemos que estar juntos y creo que es hora de que lo acepte y me vaya haciendo a la idea. Nos vemos luego, si eso.-besé su mejilla antes de que se fuera y desapareciera por el pasillo.

Narra Zayn.

Me encontré con Rebecca al salir de la habitación.

-Buenos días.-la saludé.
-Hola Zayn.-contestó.
-Eh, ¿y esa cara? –pregunté.
-Vanessa ya la ha liado a primera hora de la mañana.-respondió mientras caminamos unos pasos hasta la habitación de Niall.
-¿Sabes lo de anoche? –ella asintió.
-¿Y tú como lo sabes?
-Nos encontramos a Des cuando subimos anoche sentada en el pasillo. Luego Niall se quedó con ella.-estaba hablando pero de repente me paré. La cara de Rebecca no era de saber solo aquello.- Pero espera.-la miré.- Ha pasado algo más, ¿verdad?

-Me he encontrado a Louis hecho una furia, casi estrangulando a nuestra querida jefa de animadoras.-abrí los ojos como platos y entonces me contó lo sucedido. Sí, sin duda, reafirmaba mi comentario de la última noche: aquella tía era una de las mayores zorras que existían en este mundo.

Llamamos a la puerta de la habitación que Louis y Niall compartían y en seguida él nos abrió.

-¿Cómo tú por aquí? –le preguntó a su chica. Se dieron un pequeño beso en los labios y nos dejó pasar.
-¿Qué tal estás, Des? –me atreví a preguntar. Estaba tumbada sobre una de las camas, mirando a la pared.
-Dice que no quiere bajar, no quiere salir hoy.-contestó el rubio por ella.- Ya no sé qué más decirla.-resopló tapándose la cara con las manos.-
-Id a desayunar, si me encuentro mejor en un rato prometo bajar.-susurró. Nos miramos los tres y, viendo que era imposible hacerla cambiar de opinión, salimos de allí.
-Es la última que le paso.-habló Niall.- Juro que como vuelva a hacerla llorar, se va a enterar de quien soy.

Narra Taylor.

Terminamos de arreglarnos rápidamente y bajamos al encuentro con los demás en el salón principal del hotel donde se daba un desayuno tipo buffet. Sabía de uno que iba a ponerse hasta arriba hoy, bueno, más de lo normal, quiero decir. Gia miró la hora de nuevo en la pantalla del móvil, habían pasado ya diez minutos de la hora acordada y no había ni rastro de Niall, Bec, Des y Zayn.

-Esto es raro.-comentó Liam.-
-Muy raro.-dijo Harry.- ¿Niall llegando tarde a algo que implica comer? –no pudimos evitar soltar una risita las tres.
-No estarán esperando dentro, ¿verdad? –preguntó Jess. Me encogí de hombros y decidí asomar la cabeza para ver si estaban ahí.
-Aquí no están.-dije.- Solo veo a Louis. Voy a preguntarle a ver si los ha visto.
-A Niall seguro, duermen en la misma habitación.-apuntó Gia divertida. La saqué la lengua y caminé hasta la mesa en la que estaba sentado Louis solo.
-Buenos días.-saludé. Me miró e hizo una mueca, en un intento de mostrar una sonrisa. Estaba raro.- ¿Has visto a estos? Llevamos un rato esperándoles y.-me vi interrumpida por unas voces que reclamaban mi atención desde la puerta.
-¡Ya han llegado, Tay!

Narra Liam.

Unos segundos después de que Taylor entrara a preguntarle a Louis por el resto, aparecieron.

-¿Qué os ha pasado? –pregunté.

-Ahora os contamos.-dijo Bec.

Entramos al salón, avisamos a Tay y ella nos hizo señas para que nos sentáramos en la mesa que Louis ocupaba a solas. Le saludamos y nos sentamos después de haber ido a por lo que tomaríamos como desayuno.

- Bueno, contadnos qué ha pasado.-dijo Harry después de morder un trozo de tostada. Zayn había estado haciéndole señas para que parara de hablar pero no consiguió interrumpir su frase. No entendía absolutamente nada. Bec y Louis se miraron y él bajó la mirada en seguida, concentrándose en su plato. Aquí ocurría algo.
- Por cierto, ¿dónde está Des? ¿No va a bajar? –preguntó mi chica. El rubio resopló mandándole una mirada asesina a Louis.
-No, no ha querido bajar.-contestó Rebecca sin dar muchas explicaciones.
-¿Y eso? –siguió con el interrogatorio Gia. Y creo que no debería haberlo hecho, se notaba cierta tensión en el ambiente.
-¿Se encuentra bien? –esa fue Jess. La gota que colmó el vaso.
-No.-habló Niall.- No está bien. No está bien y todo es por su maldita culpa.-dijo alzando el tono de voz.
-Nialler, cálmate.-le pidió Bec.
-¿Alguien quiere contarnos qué ha pasado? –preguntó Harry mirándolos a los dos alternativamente.

Narra Gianna.

-Que lo explique vuestro querido amigo.-soltó Niall sin apartar la vista de Louis. Ninguno de los presentes entendía a qué se refería exactamente a excepción de Bec, Louis, Zayn y por supuesto, el rubio.
-Ha sido un malentendido.-murmuró Louis.
-¿Malentendido? –preguntó atónito el irlandés.- ¿Le llamas malentendido a tirarte constantemente a Vanessa? –eso nos aclaró a todos bastante las cosas.
-No me la he tirado.-habló Louis pausadamente.- Ni anoche ni ninguna desde que empecé a salir con Des.-levantó la mirada, enfrentándola a la de Niall.
-No me lo creo. Vimos unas fotos bastante explícitas en aquella fiesta ¿o es que eso también me lo vas a negar? –se le notaba cada vez más cabreado y ante aquella acusación, Louis no pudo hacer otra cosa que agachar la cabeza.
-Niall vale ya, por favor.-insistió Bec.
-No, vale ya, no. Llevo callado mucho tiempo viendo cómo mi mejor amiga está destrozada mientras a él parece importarle todo una mierda, sigue como antes, como si nada hubiera pasado y lo siento, pero no, no puedo callarme más.
-No tienes ni idea, Horan.-ahora el que hablaba era Louis. Y los demás los observábamos como si se tratara de un partido de tenis.
-El que no tiene ni idea eres tú. No sabes lo que es verla llorando a escondidas porque intenta mantenerse fuerte frente a todos nosotros, porque intenta fingir que está bien viéndote todos los días.

Narra Harry.

Se había montado una buena en el desayuno. Niall no hacía más que reprocharle todo el daño que estaba causándole a Des y Louis intentaba defenderse como podía aunque todo lo que decía se veía anulado por el hecho de que amaneció en la cama de Vanessa al día siguiente de la dichosa fiesta. El ambiente cada vez iba caldeándose más y ambos iban subiendo el tono de voz. Si seguían así, pronto vendría la profesora a echarnos la bronca.

-Vale ya, chicos, parad.-pedí poniéndome de pie, algo que ellos habían hecho minutos antes en medio de su discusión.

-Van a llamarnos la atención.-añadió Tay.
-Nialler.-Bec le miró, pidiéndole que se calmara. La verdad es que nunca le había visto cabrearse de aquella forma.
-Parece que a todos os da igual, que seguís de su parte, ¡genial! –gritó exasperado antes de salir de allí hecho una furia.
-En el fondo, tiene razón, no sé cómo no estáis cabreados conmigo vosotros también.-murmuró Louis tras un momento de silencio.
-Porque sabemos que no serías capaz de engañar a Des.-habló Gia. Él levantó la mirada y nos miró uno a uno con el ceño fruncido. Sin entender nada.
-Al menos no de forma intencionada.-explicó Liam.
-No os sigo.-dijo el interesado.

Narra Jessica.

-Todos sabemos cómo es Vanessa.-habló mi novio esta vez.- Seguramente te echó algo en la bebida.
-Lo malo es que no sabemos cómo encontrar pruebas.-intervino Harry.
-La verdad es que yo no hago más que darle vueltas a eso.-dijo Louis aun algo sorprendido porque le hubiéramos dado a entender que sabíamos que él no era totalmente culpable de lo ocurrido.- Es más, ella me ha insinuado que sí que me hizo algo.
-¿Lo ha hecho? –pregunté atónita. ¡Esta tía no tiene ni una pizca de vergüenza! Él asintió.
-Pero no hay manera de probar que me drogara o emborrachara.-comentó.
-Ya se nos ocurrirá algo.-dijo Bec sonriéndole.

La profesora entró en el salón para avisarnos que teníamos que ir a la recepción para que pasara lista antes de dejarnos salir a recorrer Siena. Nos encontramos con Niall, apoyado en la pared, aún enfadado por todo lo que había pasado minutos atrás.

-¿Destiny Miller? –preguntó.
-No está.-se apresuró a contestar Gia. La profesora la miró con el ceño fruncido.
-No se encuentra muy bien esta mañana.-explicó Bec.
-Subiré ahora a verla entonces.-dijo la profesora.

Nos miramos unos a otros. Si la profesora subía, no la encontraba en su habitación y averiguaba que estaba en la de Niall y Louis, los tres tendrían serios problemas y eso era lo último que necesitábamos en aquel momento. Algo tendríamos que pensar para distraer a la profesora en su intento por ir a ver qué le ocurría a nuestra amiga.



¡Hola chicas! Ya sé que se supone que subía los lunes pero como ya os conté en OLS, he empezado los exámenes (hoy he tenido el primero) y bueno, fue imposible subir el lunes, he ido escribiendo un poquito en mis pequeños ratos libres y hoy he conseguido tener el capítulo. He pensado que estos días mientras estoy de exámenes, subiré en cuanto tenga el capítulo aunque no sea ni lunes ni viernes y ya volveré a la normalidad de siempre cuando acabe. Espero que os haya gustado el capítulo, como veis las cosas cada vez se están poniendo peor porque Vanessa no deja de malmeter, al pobre Louis todo se le viene encima, Niall se cabrea y se pone sobreprotector (cosa que a mí, en particular, me parece adorable y muy ajsbjhbsdfj) y nuestra querida Des tampoco puede seguir aparentando que está bien... ¿Cómo acabará todo esto? ¿Conseguirán pruebas entre todos? ¿Volverán a estar juntos algún día? Pues no sé sabe, bueno vosotras, yo sí porque ya he pasado -más o menos- mi crisis de imaginación con esta fic y tengo ya varias cosas en mente. No me enrollo más, espero que hayáis empezado bien -dentro de lo que cabe- otra vez las clases. Muchísimas gracias.
Love,
Sarai.